MISIÓN
Binaia es el puente que une a los estudiantes recién graduados interesados en especializarse en tecnología y las empresas que buscan talento IT específico que sea productivo en un entorno real.
A gran escala, el reto supone solucionar el salto que ha habido en los últimos años, y continúa creciendo en la actualidad, entre el déficit de profesionales tecnológicos que existe, respecto a los puestos de trabajo que el mercado demanda. Siendo también conocedores de que existe una gran diferencia entre lo aprendido en los estudios reglados y la aplicación que debe darse en la realidad laboral, Binaia se postula como el nexo de unión que facilita tanto a profesional como a empresa, establecer relaciones de confianza y satisfactorias para ambas partes. Para ello, trabajamos competencias 360º, donde damos vital importancia no sólo a la tecnificación avanzada y más actual, sino al desarrollo de las competencias personales que podríamos denominar ‘soft skills’, preparando a los profesionales para integrarse y desenvolverse efectivamente en un ecosistema empresarial complejo.
Apostamos por el talento joven, no refiriéndonos a un número, sino a una mente abierta con ganas de aprender y tolerancia a los cambios, haciendo que la inexperiencia nunca sea un problema, sino una fase. En Binaia apostamos por la creación de puesto de trabajo completos, retadores y orientados a los intereses del candidato. Desde este punto, abordamos una labor que puede entenderse como una especie de orientación laboral, donde nos centramos en hacer entender cada una de las áreas a una persona con menos contexto, para que la misma, entendiendo esto y valorándolas respecto a cómo pueden interrelacionarse con sus habilidades, tomen una u otra decisión respecto a qué camino tomar en su carrera profesional.
Valores
En Binaia, apostamos por un modelo organizativo horizontal, con un diseño de los puestos de trabajo donde el profesional se postula como dueño de su trabajo, teniendo una alta capacidad de maniobra en el cómo llevarlo a cabo, y efectuar los cambios que él mismo pueda dilucidar para realizar el mismo de la manera más óptima.
La antesala de ser este profesional, es la fase formativa. Esta implica 3 partes, el alcanzar un dominio respecto al oficio, un entendimiento del contexto organizacional que lo rodea y la relación que la persona establece con el mismo, consiguiendo sentirse parte y que los logros grupales a nivel de compañía, ejerzan de refuerzo para el trabajador, y viceversa. La fase posterior, es la fase de autonomía. Esta base se explicaría como el momento en el cual la persona ya tiene toda la información necesaria y las habilidades correspondientes para poder decidir. En resumen, ha construido su criterio lógico.
Este profesional, se verá acompañado por una figura de liderazgo, que ejercerá de guía y tendrá un gran componente tanto empático, como motivacional. Esta relación, se basa en la confianza, puesto que se evita el modelo de supervisión, y se apuesta con un modelo innovador donde el líder funciona como un facilitador respecto a las personas sobre las que ejerce esta influencia motivacional.
De esta forma, los puestos de trabajo terminan siendo retadores, ambiciosos y, sobre todo, muy satisfactorios. El desarrollo de las capacidades en este formato viene ligado a una construcción madura de un criterio lógico sobre las áreas relacionadas con el mismo, derivando en un tremendo crecimiento personal debido a la posibilidad de tener amplias responsabilidades en cualquiera de los puestos y áreas de la compañía.
La búsqueda de la excelencia a nivel tanto individual como grupal representa una de las claves respecto a qué perseguimos y cómo entendemos el trabajo, dando un soporte desde la compañía de Coaching Organizacional para potenciar la motivación personal, identificar las necesidades más personales y atender la salud mental de cada individuo.
